Los divorcios en Cataluña

Hace unos días leí una noticia que me llamó la atención. Y es que el número de familias mono-parentales había aumentado significativamente en Cataluña en los últimos 2 años. Y es que a finales de 2010 había 14985 títulos de familia mono-parental mientras que en el inicio del año 2012 la cifra ascendió a 28729. Llama especialmente la atención el dato en los tiempos que corren, dado que parece lógico que con las posibilidades económicas del momento no haya muchas familias que puedan asumir los costes que conlleva sacar adelante una familia y el hecho de tener que contratar un abogado en caso de divorcio. De hecho en Cataluña las ayudas a este colectivo están congeladas por el momento, pero los divorcios y separaciones siguen aumentando. Por tanto cabe realizar un análisis un poco más profundo para no quedarnos en la superficie del tema. Para ponernos en antecedentes hay que decir que en 2009 se creó el título de familia “mono-parental” ante el elevado número de separaciones, con la idea de salvaguardar el bienestar de las familiar de este tipo otorgando una serie de ventajas a cada miembro de la unidad familiar, tales como descuentos en transporte público o educación a través de un carnét personal. En mi opinión todo se deriva de una sociedad que tiende a la individualización como consecuencia de una serie de factores en los que la tecnología tiene gran participación. Y es que la tecnología nos aísla cada vez más, tendiendo a unas relaciones más impersonales, con lo que la gente se vuelve menos paciente en sus relaciones personales (además de refugiarse en Internet como camino para conocer gente).Otro factor es el acceso a la información nos vuelve más exigentes en todo, con lo que la gente pasa de aceptar pequeños defectos a no pasar ninguno por alto. Los abogados de divorcios en Barcelona aseguran que las parejas que acuden a sus despachos se divorcian o separan por problemas que antes eran imaginables que llegaran a romper una pareja. Si bien es cierto que tradicionalmente muchos matrimonios rotos no se atrevían a divorciarse por miedo al qué dirán y esto es algo que no ocurre hoy día. Aún así creo que es una estadística que merece una pequeña reflexión en tanto en cuanto vemos que la tendencia de la sociedad es cada vez más solitaria.

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